domingo, 1 de julio de 2012

POESÍA - ASESINANDO A LA LUNA

Asesinando a la luna
Redonda, redonda
                                  y oronda,
la mujer gorda y hombruna
tiene una metralleta
para matar
                 para matar a la luna.
La luna, cara de esfera,
tiene muchos enamorados,
a la gorda, que es fofa y fea,
nunca, nunca nadie la ha
                                         amado.
Espera la obsesa obesa
la noche de luna llena
para pegarle, serena,
millones, millones de tiros
dejándola muerta, bien muerta
                                                  y tiesa.
La luna riendo va y viene
mirando la gorda furiosa
asesina de Selene
porque nunca ha sido
                                    dichosa.
La luna danzando se ríe,
se mofa de la torpe obesa
                                         torpe y triste
que pega millones de tiros
con la metralleta
                           en ristre;
con la metralleta cargada
cargada, apuñada, apuntada
pegándole tiros y tiros
                                     a la luna plateada.
Furiosa, saltando alocada
la mujer gorda,
                          la mujer hombruna
dispara desesperada, disparatada
a su enemiga la luna.
La luna detrás de un velo
de nubecillas doradas
sonriendo le toma
                              el pelo.

domingo, 15 de enero de 2012

Il Professor Peyrot

A veces, al doblar la esquina te topas con un rato de alegría no programada que disfrutas y paladeas con auténtico placer. Eso me pasó ayer al llegar a la Kon Tiki, donde si era chiamato  a raduno a todo bicho viviente que hubiera tenido el privilegio de estudiar en el Liceo, y me volví a casa con el zurrón lleno de emoción y de palabras de cariño y de respeto hacia mi padre. Se que de alguna manera ayer serví de correa de trasmisión entre ellos y el "profesorpeyró"  haciéndole llegar  ese aprecio y cariño de la mayoría de sus alumnos y alumnas a lo largo de varias generaciones.

Hay días que merecen la pena ser vividos y ayer fue uno de esos.
Entre los regalos esta pequeña caricatura que le hizo uno de sus alumnos, pero hubo muchos otros: anécdotas curiosas, recuerdos, alabanzas a su forma de ser,  el contento de la gente al reconocerme como "la  hija del Peyrot".... Fantástico cóctel de emociones y sentimientos entremezclados: alegría, orgullo, añoranza, afecto.
Fue un hombre único y un padre excepcional que ayer me hizo  pasar otro día feliz.